domingo, 14 de septiembre de 2008

Tregua .



Uno a veces lucha tanto contra los demás que cuando esa guerra se vuelve inútil y pierde sentido no queda otra opción que dar vuelta el arma y disparar contra uno mismo...y por muchos años de verdad parece que lo único que sabemos es tirar incansablemente del gatillo. Lo peor y lo más triste es que después de toda esa especie de suicidio permanente casi nunca logramos terminar de matarnos y andamos de pie con la cabeza rota dando tumbos por ahí buscando algo que haga un poco más soportable el dolor y la impotencia. Cuando creemos que ya no queda nada digno de querer o de admirar en nosotros mismos que no sea sangre sucia y un par de recuerdos berretas lo único que nos queda es esperar a que alguien nos mire, que traspase todas las pantallas y que realmente nos vea. No importa lo que sea que esperemos o querramos encontrar en el camino, cuando nos adentramos en la multitud llena de manos siempre TODOS nos aferramos a la caricia que creemos más sincera y más honesta y le pedimos que nos salve de la manera que sea. Poco a poco mi guerra parece ir terminando.

...hace días que estoy en TREGUA

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